viernes

VIII

nada importa demasiado
nada
mientras te llevo de una manera medio extraña en los bordes de mi inconciencia

me imagino caminando con vos por la calle,
enredándome en tu cara,
mirando tus ojos,
riéndome con vos,
haciendo cotidianas

te imagino suelta pero conectada

entonces
llevándote en mis manos
paladeándote
ahí estás
suelta

jueves

VII

te llevo como la mujer que me hizo volar y descifró el mapa de mis deseos a la distancia
la mujer que me reflejó sus intimidades, sus placeres y sus goces por medio de un raro espejo de cristal y lagunas

VI

te vas
absorbiste mi sueño de un bocado
me salvaste de las horas ordinarias con tu piel desintegrándose en mi boca
me entregaste tus deseos con manos suaves
me elevaste con un gesto delicado
me guardaste entre tus piernas
me abriste tus puertas y ventanas jugando

mordiste
una vez y otra vez más
hasta dejarme con el sabor de tu instinto en la boca
te metiste en mi mundo para robarme
para llevarme a un espacio suspendido en la niebla de tu tibieza

vos
mujer profunda
dejaste que explorara tus terrenos y pediste
y obsequiaste

ahora
en la soledad de mis dudas
te busco y es tán fácil encontrarte entre mis dedos
sentada sobre mi lengua
dormida sobre mi vientre

ahora me pregunto cuánto me odiás
y yo me respondo cuánto extraño
el vuelo, la pasión, la fantasía
la madera y el mar
el romero y las brisas que se mueven en mi cuerpo con el sabor de tu piel

todavía tiemblo mientras escribo y te recuerdo

miércoles

V

no me busques, encontrame
vas a saber reconocerme

y esperame, si no te contesto de inmediato
estoy rondando

martes

IV

espero encontrarte
espero tu vigilia
la mía está acechando, my lady, rotunda, irresistible... como tu piel

III

te busco
estas ahi
veo tu nombre

¿debería dejar que te desvanezcas?
¿cómo?

domingo

II

Un tendal de guerreros gimiendo en el destrozo. Yo entre ellos, con la mirada eslabonada al pedazo del cielo que me cubre y el pecho rajado, esperando el último resoplido con una paciencia tan sumisa como la húmeda tierra que mi espalda atrapa.

El olor a sangre y acero ungiendo el aire, y el tiempo demorado, esperando que todo termine. Nubarrones desligados en motas viscosas que apenas permiten al sol destilar rayos amarillos mortecinos, violáceos rayos quebradizos. Entonces, el último latido: un bombeo seco como piedra que sólo es acompañado por una lánguida sonrisa.

Por ahí andan mis sueños ultimamente.

viernes

I

En secreto, dentro de mis silencios, no hago otra cosa más que armarte con lo que ignoro y lo que creo.