sábado

III

se atreven mis noches a coronarte aún,
como si alguna vez hubieras bebido de una de mis noches.
es dulce sin embargo alejarse de tu puerta lentamente.
ver cómo te vas desgranando entre el sueño y sus orillas,
cómo se van opacando los pétalos que inventamos,
cómo se cae el vino de tu boca,
cómo se cae tu nombre de la mía.
a mayor fugacidad, mayor recuerdo.
vas a tener tu propio cuarto en mi memoria.
no hay tantos fugaces memorables
que hayan cocinado entre mis huesos la espera.
pasaste para probar la contracción
de ciertos nervios que creía secos.
qué inmensidad en tan poco tiempo.
no sé por qué todavía
imagino que podés escucharme.