miércoles

ahora

hallar la calma en el medio de una invasión ejercitada. hallarla y comérsela a zarpazos.
perder las horas de rodillas, siguiendo en tus muñecas la pista que me lleva a las tormentas.
guardar la nada en fantásticos frascos fabricados de pura espera y exclusivas guaridas.
perder los besos a instinto, probando formas del morir en tu respiro.
iniciar con anticipación la cocción de la mordida y hacer milagros con sólo pensarte.
perder el olvido a nado, presenciando cómo me toma y se queda.
acertarle a la lluvia y esperar que me muerdas.