martes

decisión # 2

entonces, decía, las confesiones.

pero, antes.

debo aclarar, presiento, que cuando me refiero a confesar no pienso en indios y abruptas lanzas sino más bien en el agua tal y como sale de las canillas. imagen que a los efectos de permitir que el receptor sea eso mismo sin sobresaltos ni resistencias de ninguna clase, me resulta más amable y por cierto, estratégicamente adecuada.

por otra parte, dije que mis silencios son enormes, sí, pero esta medida no pretende encoger los que ya existen. puesto que no es esta una disposición que apunte a retocar mi estructura en esencia sino una forma de prevenir o retrasar el imperio totalitario del silencio, al que natural, orgánica e históricamente me gusta volver. intuyo que de todas maneras algún día caerá por completo la débil soberanía de la palabra y habitaré un desierto afónico a las órdenes de un mutismo que me tendrá nadando en las ideas hasta el día de mi regreso, donde seguiré con el mismo callar, de más está decirlo. mientras tanto, me entretengo posponiendo el momento. como si iluminara pobremente a un grupo de rebeldes que logran distraer con propuestas anémicamente inspiradas al futuro mandatario, aún sabiendo que serán derrotados, no por minoría, sino por puro destino.

creo que ahora sí. las confesiones.