jueves

mucho escucho últimamente

una persona literalmente descarnada no debería tomar cerveza: últimamente pasearía por algunas salas de espera infructuosa y desangraría su impaciencia en cristales y personalidades múltiples. controvertida hasta para eso, resultó. y aquí, últimamente significa desde que el tobogán volvió a inclinarse en contra de la lógica más elemental.

otra persona metafóricamente descarnada esquivaría las cervezas en particular y las invitaciones en general: sería quien últimamente no sabe en qué estante colocar sus pertenencias para terminar de hacerlas carne. sabría de pretensiones y las eludiría
elegante, porque prefiere una pared vacía a un compromiso de cualquier grupo y factor. en este caso, últimamente significa desde una tarde de algún julio cuando la tormenta decidió tratarla en persona y abocarse, con devoción, a sacudir sin remedio cualquier barrera.

otra persona más, realmente descarnada, diría que sí a la cerveza (a las cervezas) y se le no-movería un pelo cuando cifres a Heathen en tus palabras y te va a cantar a coro slow burn mientras te roba elegantemente un cuento para acomodarlo en su cuaderno últimamente preferido. y acá últimamente corre desde que un gato alquiló un predio en su piel para despacharse con toda la perfección de su arte de hacer seda en las heridas.

hacés bien en no hablarme, mi trémulo equilibrio te lo agradece. no me hagas reír tampoco, no demasiado al menos. mucho menos me hagas hablar a mí, si tengo que volver a revolcarme prefiero lugares menos dolorosos y comunes.

pese a todo, permitime que te pida que nunca dejes de apuñalarme.