lunes

decisión # 1

paulatinamente, desde que descubrí que mis silencios son enormes, comencé a decidir que confesaré algunos intereses, ciertas impresiones y otros efectos. como quien sabe que ha de moverse pronto, sólo que ya no calculo en medida de prontos en lo que se refiere a movimientos. simplemente inauguré este fallo, sin necesidad de mayores audacias, por la sencilla causa -no por sencilla, inválida; no por escueta, ineludible- que me lleva a no desear dejar áreas desmoronadas, parcelas anómalas, párrafos que de tan implícitos se vuelvan indescifrables y difusos y por tanto, perdidos a la buena del entendimiento parcial, que por parcial deja de ser interesante al recuerdo y comienza a ser una pelusa inerte que, soplada de un solo lado, se arrastra en lugar de volar.

tengo muchos anhelos, aunque hay quienes dudan de esto basándose en los reiterados desfondamientos de los que fui víctima y los otros tantos saqueos -sino más- que me tuvieron como responsable. pero no es así, no es como algunos piensan, no. no es que el desquicio deja nada. ciertas dispersiones, como langostas, se desparraman, tragan y abrasan, sí. pero el instinto de perpetuidad que mi sangre genera cada determinada cantidad de ciclos, ha logrado, si bien no recuperar, al menos refabricar algunas piezas de mi sistema de entusiasmos.

entonces, decía, las confesiones.