XIV
Quizás me queden los ojos atrapados en una fuente que completa un extraño ocho de acero y agua y no pueda separar de mi piel la sensacion de las noches frescas de verano. No sé qué pueda suceder si se da el caso. Quizás me pierda en un laberinto de calles angostas y pubes y no quiera salir por un tiempo. Quizás no pueda despegarme de una playa de arena cálida con su mar de espejos. O quizás, nunca se sabe, me llame tu selva y no pueda, ni quiera negarme.
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