jueves

un poco de lo que me queda, un poco

las veces que me rendí son menos que aquellas en que dejé de mirar la negrura del cielo antes de abrir la puerta de mi casa y más que las otras veces en que me han visto claudicar mis ideas fijas
comprendo que el cansancio y lo desparejo de las horas nos hacen sombra, comprendo, sí
pero no puedo dejar que se suban al techo y nos agujereen los deseos
son las 4 de la mañana de un día unido al anterior que para mí aún no termina ni empieza
en una sola jornada salgo de mí y vuelvo a entrar cuantas veces sea necesario, como para mantenerme a salvo de mis desconquistas y sostenerme en pie
entonces es cuando la mayoría de mis cofres se abren de par en par, y yo comienzo a revolcarme en ellos
en un cofre más reciente que los añejos y harto visitados, te encuentro a vos
en un cofre de madera lejos del mar que nos tiene lejos
en ese cofre decidí guardar los interrogantes hasta que se disuelvan algunas cosas... o bien, si nunca llegara a alcanzarnos el cruce, se estacionen y prevalezcan como parte de esta pequeñez tan goliática
¿Podrías decirme ahora dónde se han estado quedando dormidas nuestras ansias?
fuimos parte de un big time sensuality hasta que dejamos de serlo, y es poco comùn lo que voy a decir ahora, pero qué poco trágicas son las cosas entre nosotros, qué bien nos hemos arreglado con estos pocos chispazos, qué bella escultura de fuego hemos construido con los destellos... qué bien se siente tu astilla que me perdura en el costado donde reposan vos misma y tus lamidas
nunca me gustaron demasiado ciertas palabras como "remolino", pero la necesidad de usarla cuando debo referirme a este instante de incertezas se vuelve en contra de mis costumbres

andás por ahí caminás lejos tus pies no me conocen batallo contra el tiempo me armo de paciencia y me desarmo de espejos
vos andás por ahí y yo tropiezo me hunde tu caricia en el mar que no cruzamos y tantas otras aguas nos conocen por haberlas deshecho andás por ahí
intensa solamente vas con mi nombre y sos así como una pelusa en mi frente que no quiero correr que no me deja ver que no me deja salir y es tan dulce lo que para otros es hastío y es so beauty lo que para ellos es cruel andás por ahí de atardeceres en el pelo volcánica mujer no me dejes llorar no me dejes rogar no me dejes romper tus puertas a patadas no me dejes dejar caer tu cabeza de entre mis manos no me dejes no me dejes creer que esto es olvidable y pronto acaba
dejame aullar a la luna tu nombre dejame andar los pies sobre tus letras no me dejes vestir lo que desnudamos y pusimos a temblar contra el viento
no me dejes llorar no me dejes rogar no me dejes salir del puñal de tus manos si es tan dulce lo que para otros es hastío y es so beauty lo que para ellos es cruel
espero el día en que tus párpados se rindan cerca de mi beso y trozos de tu piel se pierdan en mí tengo tu lengua de rehén y nada más quiero y nada nos sabe columpiar mejor que el impulso oceánico andás por ahí igual que ando yo y creo saber a ciencia cierta que nunca nos damos geográficamente la espalda

puedo dormirme mientras amanso tus pellejos angustiados...
puedo mientras del otro lado vos aquietas mis desamparos...

qué bueno sería que todo se organizara a favor de nuestros abrazos

cae una estrella
pedí un deseo