miércoles

estoy

una guitarra de lágrimas azules que se empeña en decir nada
un espejo de acero y espaldas que se desliza por mi sombra
cartas despeinadas por el diluvio de la duda
aún perduran cien rasgos de un océano que espera
no hay nada que desatar si sigue latiendo
como cajas de cartón húmedo mis cornisas se derraman en tu frente
estoy
sólo que el espanto reemplaza al sueño
duermo como los perros
por instinto
cuando ya no hay otro horizonte y mis pupilas se desprenden
pero sabiendo
alerta
que llega de cualquier parte y en cualquier momento
el dolor y la urgencia
tendré que despertar
con los colmillos atentos
la furia desplaza los amores
el silencio es hoy mi atuendo favorito
mucha batalla toda junta

me tienta tanto la espada
la muerte
la pelea
la sangre
la espuma


vení
mirame
yo también mucho
y vos lo sabés tanto